La respiración, acción natural de importancia vital, además de suceder automáticamente, puede ser regulada de forma consciente. Si nos propusiéramos observar el proceso respiratorio y dirigir voluntariamente el aire hacia la zona mas baja de los pulmones, podríamos observar cómo el abdomen se expande acompañando la inhalación y se relaja con la exhalación.
En este proceso, el diafragma, un músculo alargado que se encuentra debajo de nuestros pulmones, desciende como empujando hacia la base pélvica permitiendo la expansión de la zona inferior de los pulmones favoreciendo la entrada del aire cargado de oxígeno, y regresa a su posición natural durante la exhalación, permitiendo la salida del aire cargado de dióxido de carbono hacia la atmósfera.
Estas respiraciones se caracterizan por predisponernos para un estado de relajación, ayudándonos a bajar el nivel de tensiones, resultando esencial para combatir el estrés.
Una buena práctica, sería intentar realizar al menos un ciclo de diez respiraciones abdominales antes de irnos a dormir, o antes de ingerir alimentos. Asimismo, podemos utilizar este recurso natural en cualquier situación en la que necesitemos recuperar la calma. En esos momentos, la calma nos permite reflexionar antes de reaccionar, otorgándonos el control consciente de la situación.
Estas prácticas son simples y no requieren de tiempos extendidos para su realización, por lo que podemos por ejemplo, realizarlas en el trabajo o en un viaje en colectivo.
Recordá que siempre es necesario realizar tus prácticas sin forzar, disfrutando y respetando tu capacidad pulmonar.
Estas respiraciones se caracterizan por predisponernos para un estado de relajación, ayudándonos a bajar el nivel de tensiones, resultando esencial para combatir el estrés.
Una buena práctica, sería intentar realizar al menos un ciclo de diez respiraciones abdominales antes de irnos a dormir, o antes de ingerir alimentos. Asimismo, podemos utilizar este recurso natural en cualquier situación en la que necesitemos recuperar la calma. En esos momentos, la calma nos permite reflexionar antes de reaccionar, otorgándonos el control consciente de la situación.
Estas prácticas son simples y no requieren de tiempos extendidos para su realización, por lo que podemos por ejemplo, realizarlas en el trabajo o en un viaje en colectivo.
Recordá que siempre es necesario realizar tus prácticas sin forzar, disfrutando y respetando tu capacidad pulmonar.